Cuatro modalidades de estudio del cáncer de seno

En un esfuerzo por encontrar formas más confortables y comprensivas de examinar el tejido del seno para detectar el cáncer, un equipo de médicos e ingenieros del Colegio Dartmouth (Hanover, NH, EUA) está a la mitad de un estudio de cinco años de cuatro técnicas de imagenología.

Mediante la colaboración interdisciplinaria, los investigadores han podido llevar los prototipos, del esquema, al laboratorio, y al paciente de manera relativamente rápida. Los métodos de imagenología no son invasivos o particularmente incómodos para los participantes, y todos proporcionan información detallada acerca de las propiedades diferentes del tejido del seno. Las cuatro modalidades que se estudian son la elastografía de resonancia magnética (ERM), la imagenología espectral de impedancia eléctrica (EIE), la espectroscopia imagenológica de microondas (EIM), y la imagenología espectral cercana al infrarrojo (CIR).

La ERM mide la rigidez o elasticidad tisular. El examen proporciona una imagen con valores numéricos correspondientes para cada porción del seno. La EIE usa un sistema de electrodo de voltaje muy bajo para examinar cómo el tejido del seno conduce y almacena electricidad. Las células cancerosas diferentes tienen características eléctricas distintas. La EIM incluye la propagación de cada uno de los niveles bajos de energía de microondas a través del tejido del seno para medir las propiedades eléctricas. La técnica es muy sensible al agua. Se ha encontrado que los tumores tienen más agua y sangre que el tejido regular. La luz CIR es sensible a la sangre, así que ayuda a los investigadores a localizar y cuantificar las regiones con hemoglobina oxigenada. Esto podría ayudar a detectar el crecimiento temprano del tumor mostrando su composición vascular. Además, los niveles diferentes de actividad de los vasos sanguíneos en un tumor influencian la efectividad del tratamiento, así que conocer el estadío vascular de un tumor sería útil para diseñar regímenes mejores de tratamiento.

En los próximos dos y medio años, los investigadores se enfocarán en un ensayo controlado con 150 individuos. La meta es probar rigurosamente las cuatro técnicas y reunir datos para informar la detección de anormalidades y sus diagnósticos subsecuentes.

"Esperamos que nuestra investigación pueda responder algunas de las preguntas anatómicas y fisiológicas”, dice Keith Paulsen, profesora de ingeniería y una de los investigadores principales. "Nuestros datos proporcionan información cuantitativa, y esperamos determinar un valor umbral que indique una anormalidad”.






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