Catéter mantiene permeable la fístula AV de diálisis

Un catéter innovador que incluye un balón recubierto con fármacos (DCB) ayuda a despejar las lesiones estenóticas que se forman en las fístulas arteriovenosas de diálisis (AV) colocadas en los pacientes en diálisis que sufren de enfermedad renal terminal (ERT).

 

El catéter de angioplastia transluminal percutánea (PTA), Lutonix 035 DCB, de C. R. Bard (Murray Hill, NJ, EUA), es un catéter de angioplastia transluminal percutáneo recubierto con paclitaxel, un medicamento antiproliferativo que se utiliza comúnmente para prevenir la reestenosis arterial. La formulación altamente eficiente de paclitaxel, polisorbato y sorbitol, permite que el catéter DCB de bajo perfil proporcione una dosis terapéutica a la pared de la arteria en un solo inflado corto y mantenga la dosis de paclitaxel en el propio globo tan baja como sea posible.

 

El diseño del catéter Lutonix 035 DCB busca minimizar el tamaño del sitio de acceso, al tiempo que mantiene la facilidad de uso. Está disponible en longitudes de 40, 60, 80, 100, 120 y 150 mm, y en diámetros de 4-6 mm (en catéteres de hasta 150 mm de longitud) y de 7 mm en los catéteres de hasta 60 mm de longitud. El DCB también cuenta con el sistema de marcación, GeoAlign, una regla sencilla de usar, no radiopaca en el propio eje del catéter que facilita la alineación repetible del catéter en la lesión, y aumenta la eficiencia del procedimiento al minimizar la exposición a la fluoroscopia.

 

“Para los pacientes a quienes les realizan hemodiálisis por insuficiencia renal, que ya pasan una parte importante de su tiempo sometidos a diálisis y otros tratamientos, las reintervenciones repetidas para mantener el acceso AV pueden ser una carga adicional, con muchos pacientes que tienen que regresar con una frecuencia de cada dos meses”, dijo el profesor Scott Trerotola, MD, de la Universidad de Pensilvania (Penn, Filadelfia, EUA). “El catéter Lutonix 035 DCB tiene como objetivo ofrecer a los pacientes con enfermedad renal en etapa terminal menos interrupciones en el tratamiento y menos tiempo en el mantenimiento del acceso, lo que podría conducir a una mayor satisfacción del paciente y una mejor calidad de vida”.

 

La ERT es la quinta y última etapa de la enfermedad renal crónica (ERC), lo que significa que los riñones trabajan con menos del 10% de capacidad, y que ya se necesitaba una diálisis o un trasplante de riñón. La ERT también se asocia con una mayor incidencia y prevalencia de una amplia gama de enfermedades cardiovasculares, incluyendo accidente cerebrovascular, enfermedad arterial coronaria, insuficiencia cardiaca congestiva (ICC), fibrilación auricular (FA), muerte súbita cardiaca, hipertensión pulmonar y cardiopatía valvular.